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Son zonas en las que el invierno dejó una profunda huella. La Secretaría de Seguridad identificó 19 puntos en las quebradas donde las lluvias causaron más estragos y pusieron en riesgo a la población.

La mayoría de sitios sensibles están en el norte de Quito. 15 se ubican a lo largo del río Monjas, que avanza de forma paralela junto a la av. Manuel Córdova Galarza, desde La Esperanza hasta el conjunto La Antonia.

Los otros se encuentran en Carapungo, Solanda, Caupicho y Guajaló.

Allí, se aprovechará la llegada del verano para reforzar las obras de mitigación en las zonas más críticas. La Secretaría de Seguridad informó que el trabajo es permanente. Primero se comenzó a intervenir en la quebrada El Colegio de La Esperanza, que fue declarada en emergencia, en abril.

Se estableció la existencia de erosión hídrica que afectó el cauce del río Monjas, así como el socavamiento de las bases de los taludes y el posible volcamiento del muro ‘Pfizer’, constituyendo un peligro inminente para la gente.

Ya sin lluvias, el clima ayuda a apresurar los trabajos. Técnicos y maquinaria llevan a cabo obras que buscan encauzar el río, hacer dragados para recuperar el caudal y preparar el enrocamiento básico para evitar la erosión de los taludes.

“Antes, este sitio era una diversión para nosotros. Solíamos jugar en él, pero ahora es imposible. No pensamos que esto iba a causar tanto daño. En invierno, incluso la creciente, se llevó a tres personas y murieron”, expresó Miriam Sigcha, moradora del sector.

2 kilómetros más al norte se encuentran los barrios San Cayetano Jesús Bolaños, a la altura del puente que lleva al sector de La Pampa.

El 18 de marzo pasado, el río Monjas se desbordó ocasionando daños en el talud ubicado junto a las viviendas. Afectó la base del puente, por lo que es una de las zonas en donde también intervienen tanto la Secretaría de Seguridad como la Prefectura de Pichincha.

Se trasladó maquinaria y se logró encauzar el río. “Nuestra situación ha sido muy complicada. Por un tiempo, los carros no podían circular aquí porque no había paso en el puente, nos tocaba caminar bastante”, manifestó Manuel Gómez, vicepresidente de San Cayetano.

Al otro extremo del norte se ubica la quebrada Carretas del barrio Puertas del Sol 2, en Carapungo, donde 98 predios están en riesgo por el desgaste de los taludes de la quebrada.

Una realidad similar se vive en la quebrada de Caupicho, en el sur, a la altura del puente vehicular de la calle Susana Letort. La vecina Rosa Quinatoa contó que el invierno para ellos fue un martirio. “De noche no se podía dormir por el ruido que producía la fuerza del agua. Incluso, cuando hubo desprendimientos hasta la tierra temblaba”, comentó.

Marivel Rodríguez se quejó de que las autoridades siempre les han ofrecido solucionar el problema, pero no han cumplido. Allí inició la intervención con maquinaria de la Empresa de Agua Potable.

El conjunto residencial José Peralta, ubicado en la Teniente Hugo Ortiz y Ajaví, de la parroquia Solanda, es otra de las zonas vulnerables. Los meses de abril y mayo fueron una pesadilla para los vecinos.

Cada vez que llovía, las aguas del Machángara crecían y chocaban con fuerza contra el talud, a 30 m. de los edificios.

Según los vecinos, el piso y las ventanas de los departamentos vibraban. Carlos Morillo, presidente del condominio en donde viven 45 familias, cuenta que algunas paredes se fisuraron y un socavón amenaza con llevarse el parque de juegos infantiles. Piden al Municipio que las obras de mitigación culminen pronto.

Fuente: El Comercio

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